viernes, 30 de agosto de 2013

Es mi estado normal estar en ésta casa, tranquilo, solo y desempleado de tu vida...
En mi aposento me paseo por tu cintura, no se cómo es que lo único que permanece intacto en nuestro amor son tus zapatos color turquesa, ese cuadro detestable en la sala del que tanto hablabas, pero te cuento que ahora soy yo quien habla con él.

Ahora me consuelo con compartir el café de cada mañana atándome al recuerdo de tu voz, y cuando despertaba abrazado a tu espalda, contando tus pecas, con el perfume de tu cabello, ahora somos 2, por lo menos no estoy solo, somos mi recuerdo y yo.

No se a dónde has ido ni porqué, lo cierto es que ha sido un grave error dejar a éste loco extrañándote y teniendo una vida miserable... Bien, no es tu culpa lo sé... Nadie me mandó a enamorarme de una persona que conocí siendo libre, que estando conmigo lo fue y que se ha ido para continuar con su vida. y yo... Yo sin ti, sin ti mi adorada amante, dueña de mi inspiración, circuito cerrado de mis pensamientos, musa de mi percepción...

¿Cómo hago para no ser intenso? si fuiste tú quien me dio a conocer lo que solamente en mi mente existía, fuiste tu quien hizo de mi un hombre más humano, ¡si! humano porque por primera vez sentí desvanecerme al verte marchar, por primera vez visualicé el paraíso mi amor, y lo hice entre tus labios, paseando por tu espalda, por tus caderas, por la cintura en la que me pierdo, así continúo, y así se me pasan los días hablando con tus recuerdos...

De todo lo que empecé a escribir que en realidad no recuerdo, te puedo decir, para concluir ésta carta que han sido los 35 días más tristes de mi existencia, Amelia mi vida eras demasiado perfecta para éste mundo, supongo que por eso te has marchado...

Quien te ama por siempre, Tu esposo Damián.




domingo, 25 de agosto de 2013

A mi esposo...

En silencio y soledad, con la ausencia del café, me suena todo a despedida sin pensar, me suena a que te vas, con un nudo en la garganta descubro que te fuiste hace ya mucho tiempo, y que ésta lluvia trata de empujar versos tristes a ésta pantalla en la que ya no discurre tu sonrisa asfixiante ni el aroma de tu cabellera...

La sonata natural fue una tormenta para mi, porque lamentablemente de ti recogí las sobras, de ti quedaron las migajas de aquél otoño, que en mi país no fue otoño ni fue verano, aún no comprendo ¿por qué me encuentro aquí escribiendo sobre la ausencia de tu presencia?, pues mi vista se nubla tanto y tu recuerdo se hace tan intangible que me da pereza, y solamente pienso en fumarme un cigarrillo mientras no es el grifo del baño lo que suena sino una desesperada llovizna que me suplica que te nombre, que te recuerde y que te acaricie...

Precisamente a ésta hora debo reconocer que  por mucho que he tratado de lamentar tu partida, no he podido sino imaginarme que sigues presente pero inconstante, que sigues visible pero variable, que tu sonrisa ya no es calurosa y que tu cara es una más, que el olvido existe y más cuando a tu puerta llegan miles de flores en pleno verano, que el color de los claveles opaca el pensar en tu voz quisquillosa, sin paz, delirante, que el cantar de los pájaros acaba por completo con tu mirada de reproche ante las sociedad, que después de ti la vida seguía, y sigue, y ¿a que no sabes? la vida es maravillosa, que detrás de éstas letras solamente muerdo mis labios imaginando la llegada de un nuevo amor, que me llene de locuras y que a la vez se convierta en mi refugio, que aplauda mis bromas y que vele mi sueño.

Luego de éstos párrafos caigo en cuenta que no he perdido mi tiempo, y que ya no extraño una presencia, que ya no extraño nada sino lo que era cuando contaba contigo, pero después de éste diluvio ha venido la luz, ¿cómo te explico que estoy a punto de enamorarme? que ha llegado otra persona con quien la vida se lleva muy bien y que en vez de nubes grises aporta paisajes, creo que todo ésto lo he escrito para contarte que me voy de tu vida, no sin antes llevarme tu recuerdo como algo que tuvo su momento y quizás no vaya a repetir jamás, aquí dejo éstas flores en tu tumba mientras confieso que en 10 años nunca miré a los lados hasta hace una semana...

Maricarmen Páez A.

jueves, 22 de agosto de 2013

Besos y rosas, copas de vino, el futuro expectante...

Ésta triada inverosímil, de soborno incuestionable, de libertad exuberante y economía aberrante, no hace más que querer retroceder mi humilde nuevo pensar, hace más que detenerme a la expectativa de besos furtivos, me hace querer ir más allá ante un camino que no es fácil destacar entre los demás porque también es corriente, pero su aire se siente distante, se siente frío, independiente...

Marcharse con el destino a cuestas de una tumba molida, dejada en ruinas en la cuidad de las flores, por eso se ha olvidado, porque no hay más que admirar a las flores en su misma vida, en su aposento, en su felicidad...

Nunca fue mucho pedir que las cosas surgieran de manera natural, pero¿porqué todo ha de surgir en un mismo tiempo? teniendo el mundo y ésta propia vida tantos años, es la tendencia de la misma a obligarnos a incursionar en un laberinto de rosas, de espinas, de agua y soga hasta el cuello, así va todo mientras abarcamos en lo profundo de un sumiso pensar, y volamos, y giramos al rededor del aire, el aire que respiran, el aire que me falta tan sólo de pensarlo, recovecos, adversarios, avances, pistolas, fraudes....

Besos y rosas, copas de vino...

Maricarmen Páez

jueves, 8 de agosto de 2013

¡Bienvenido al universo!

Y como si rectificar las líneas de mis manos fuese fácil sobre un papel carbón, llegas de repente, y sin anunciarte me haces perder un par de minutos mientras te admiro sin observarte, incluso sin tocarte fue una  tertulia inconclusa de dos cuerpos, quizás en un mundo paralelo alguien ... Alguien me dejase sin aliento por primera vez.

Lo increíble existe y me estoy percatando hoy, que con tan sólo ver un atardecer se que lo bueno está por venir, las líneas de mis manos, las líneas con café, una bienvenida sin preámbulos, el extraño que toca la puerta, con desconfianza escucho su propuesta, es un anciano, frágil, con mucho que contar y son muchas las horas que atesoramos en la nada, que resguardamos sin sentir, mientras lo corto de ésta vida, marcha a cuesta de un vencedor ciego, lento pero seguro...

No me he dado cuenta que lo mejor de mi vida no ha pasado, que lo mejor de mi vida es ahora, es en éste momento, son éstos versos, son esos labios, es el trueno que arrasa contra la tranquilidad de los que no tienen un hogar, de los que soñaron con alcanzar estrellas y que se perdieron, que hoy son tan sólo náufragos en su propia tierra, mercenarios de sus virtudes...

Sin moverme en un rincón un día como otros me opuse a creer que detrás del alba existiese una tormenta, que detrás de un absurdo no, existiesen mil razones para confiar, mil razones para creer en algo que aun no empezaba a surgir, pero que premeditaba una opinión pacífica sobre la vida y sus minutos, sobre la noche y un cigarrillo, sobre la luna y un espejo, sobre las nubes en el océano, sobre la inmensidad de un cuerpo que no es tocado porque es sentido con la fuerza mágica de un momento ebrio de historias, de música y de vino, sin darte cuenta has llegado a presenciar el momento celestial y perfecto en el que se une alma, mente, espacio físico y la decadencia de un cuerpo que los años han creado.

Todo eso y más, es lo que se visualiza en menos de un minuto, en tan sólo un pensar, en una letra, en una voz, en un camino a la cocina, a lo infinito de un susurro, de tan sólo recordar, un sabor, una fragancia. una palabra... 

Una bola de cristal se cae con el retumbar de pasos migratorios a otro pensamiento, se quiebra, se diluye su contenido en un veremos y mientras el humo de éste cigarrillo me deja perpleja mientras acaricio una triste melodía sin origen aparente y con destino de éxtasis conocido.¡ Bienvenido al universo !

Maricarmen Páez A.