lunes, 27 de mayo de 2019

Salí corriendo.

Hoy era exactamente el día 20, el día veinte de todos los que he vivido uno por vez y de todos los que me falta vivir, un día a la vez.

Era el día veinte y el reloj andaba ya por las 3 de la tarde, el día gris, mi mente gris y el desanimo atinando mi existencia. Al mando en estas cuatro paredes se encontraba la desesperanza y la baja estima, la inanidad y el poco sentido de pertenencia.

Salí corriendo cuando tantos pensamientos malos me acorralaron, salí corriendo!

Una parte que no conocía de mi reconoció a esa mujer pálida del espejo y le dio cariño, salí corriendo tomada de la mano de esa mujercilla que empezó a vivir un día a la vez.

Me invité a dar unas vueltas, me llevé al cine, me permití reír un rato, empecé a salir conmigo misma, y sin sentir culpa la pasé muy bien, al llegar a casa todos esos sentimientos negativos se habían fugado, al menos por hoy.

Pero como es hoy lo que me importa, estamos bien.

Me alegra que en el día 20 a las 3 pm pude salir corriendo a tiempo, no dejé que el nudo en mi garganta me atrapara todo el día. Me alegra poder dar un paso a la vez y vivir un día a la vez.

No es fácil, pero de peores he salido.

Y pues por acá les dejo una canción que tiene mucho peso para mí y para toda mi existencia, a lo largo de mi vida he tenido altos y bajos, como todo en esta vida, pero me atrevería a decir que la desdicha en el amor siempre me acompaña, y este tema es para vivir cada situación, para sentir cada palabra, para expresar lo que queda después que te elevan al cielo y luego te toca bajar de nuevo al infierno donde estabas. y para ti... ¿Qué significa estar en el infierno?

Maricarmen Paez A.

miércoles, 22 de mayo de 2019

En honor a Amy Winehouse...




Pensaba que no iba escribir más, pensaba que sería un poquito más fuerte.

Pero no.

Aquí de nuevo se me junta un par sentimientos que no defino, la inseguridad y la desesperanza, vaya mezcla tan fatal que se lleva mi vigor, que me atrapa en estas cuatro paredes.

Este nudo en la garganta y esta retahíla de posibilidades sobre lo que pasó.

Inevitable interrogarme en mis horas malditas de insomnio.

Es caerme y hundirme en las sábanas, y querer salir adelante, pero sin ganas.

De haber sabido que iba a quedar peor que como me encontraste... Ni te habría mirado.

Defino mi estado como nauseabundo, y no es psicógeno, están presentes las náuseas.

No tengo muchas palabras ya. Solo quisiera desaparecer y no sentir más este absurdo día a día.

Vuelven mis horas malas, me acosan mis horas tristes, no se van, no me dejan.

He vuelto a la inanidad, donde estaba antes...

¿Qué lo hace diferente esta vez?

M.P

domingo, 19 de mayo de 2019

Un par de cartas al azar, Buenos Aires año 2001

Querida Mariela:

"Me asombra lo que leo, me asombra esta situación tan perdida y tan circunscrita, me deja atónita contemplar tantos cambios, me inquieta ver esos bares tuyos tan abandonados.

Se que no eres la sombra de lo que eras hace un año, de la minusvalía que tenías, de la mente desconfiada y dañada, de las neuronas nadando en licor, me alegra ver como los meses te han suavizado... -Si es que fueron los meses-

Sin embargo querida mía, me atrevo a decir que aunque luces perfecta tu mirada está ida, te noto como evades cierto tipo de situaciones, noto como ignoras ciertos temas de conversación y se que hay lemas que no quieres que te mencionen.

Ha pasado algún tiempo y felicito ese ímpetu de no querer desfallecer, te felicito por salir de tu zona de comfort y encarar la vida. Estoy completamente al tanto de tu maternidad frustrada, se de una situación que no quieres que te nombre, no lo haré, así como el llanto de ese niño que no escucharás.

No eres una mujer de carácter fácil, no eres mujer de gustos corrientes, no te tomas cualquier café, tus cambios de humor no son fáciles de entender, se que a veces no puedes ni contigo misma, pero aún así me gustaría darte varios aportes, y uno de ellos es que vivas tu luto, que llores un rato, que evadas el tema, que lo grites que lo calles, pero que vivas un día a la vez.

y mi otro consejo y no menos importante; no te enamores de nuevo de la soledad, no le pongas esa coraza, no te enfríes de nuevo, no regreses al bar, no gires en torno a botellas vacías, tu vida ha girado sin parar, los cambios han sido positivos en su mayoría, no hemos tenido que tomar medidas de impacto. Me despido y te envío un enorme abrazo. Espero poderte ver pronto."

Att: Psic. Alana D´Vecchis, Marzo 97


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Querida Dra. Alana

Le escribo en respuesta a la carta recibida a esta dirección de correo, Mariela hace ya un par de semanas no está con nosotros, los bares siguen sin ella, le hemos buscado. 

Tiene razón en decir que realmente su caracter era una mierda y me disculpa lo coloquial pero quien sabe sobre mentes aquí es usted. Tengo varios años intentando sobrellevar la vida con ella, y no ha sido fácil, son muchas diferencias, sin embargo estoy seguro de mi amor por ella y reconozco que hay suficiente madurez en mi parte como para no tirar todo por la borda por ciertos detalles.

A veces siento que cuando me necesitó no estuve, no fue mi intención, aún así la herí, Cuando perdimos a nuestro hijo ambos nos alejamos, todo se nubló, de allí en adelante nada fue igual.

Mariela no ha regresado a los bares porque lamento informarle que hace 2 semanas ya no está con nosotros.

PD: no sabemos si está muerta, solo sabemos que ya no está con nosotros.

Att: El esposo de Mariela, Septiempre 99

Ha muerto una musa.

En la hora imprecisa, el camino incierto me grita peligro.

El camino andante me muestra olvido.

Me he hecho la vista gorda y el canto mudo.

Ha muerto una musa, ha muerto una estrella.

Se lleva con ella palabras hermosas, se lleva mi risa con sus apellidos.

Me trae la calma de la soledad, me trae la memoria que evade.

Ha muerto la musa, y llega con ello la alergia al romance.

Ha muerto la musa y deja al poeta.

El poeta no sabe si sigue escribiendo, si sigue cantando.

Ha muerto la idea de flores al altar.

Ha muerto la musa con su idea de maternidad.

Se ha ido el recuerdo de un 14 más.

Son versos tristes, es luto activo, ha muerto mi musa.

Ha muerto quien siente palabras directas.

Ha muerto la fuente de mi idilio complejo, de mis frases exactas.

He muerto una musa, y deja un teclado viudo y un poeta ciego.

Maricarmen Paez A.

viernes, 17 de mayo de 2019

He tocado a tu puerta

Frío viento, frío sudor por mi espalda se desliza, detenido el tiempo, pensamientos vuelan, me cobijan,  siento mi palpitar, desvanezco y a la vez se que estoy viva.

He tocado a tu puerta, sintiendo este frio, sintiendo este susto. Me he arriesgado.

Mirando a lo lejos suspiro... ¿habrá algo peor que no intentarlo?

He tocado a tu puerta muriendo de susto, sumida en el miedo.

Pensando en tu risa que tengo tan lejos, tus ojos cambiantes, tu pelo que anhelo.

Mientras habitas en cada sentido, mientras te adentras en mis sentimientos, tan fuerte tan hondo, me hundo en suspiros. 

He tocado tu puerta, he dejado una carta y me he dado la vuelta.

He vencido el orgullo, he alcanzado la idea de romper el silencio.

Pesa menos mi ego, es de peso el sentir, esto que río, esto que sueño.

He tocado tu puerta y he dejado una nota.

Lista para esquivar la misma piedra, lista para hacerme más humana, más equivocada, más humilde.

He tocado tu puerta. Y ha sido un gran logro. He vencido un monstruo de 27 años.

He tocado tu puerta sin esperar resultados.

Maricarmen Paez

miércoles, 15 de mayo de 2019

Seguirás siendo


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Y es así como desde este muelle quizás subo con mis propias manos aquél equipaje.

El equipaje que contiene tanto y que realmente pesa poco, que quizás en el fondo muero por no dejar partir.

Seguirás siendo mi ayuda infinita, la sonrisa constante, la respuesta presente.

Seguirás siendo la mano amiga, mi soporte en caídas, el café en mis mañanas.

Te dejaré partir y aunque no quiera me tocará decir un adiós que no saldrá de mis labios.

Te seguiré pensando como alguien presente, de ti me queda una historia.

Me queda la historia de los amores  bonitos, me queda la prosa que quiere escribirse, me queda una pluma sin tinta en mi mente.

Seguirás siendo lo bonito que afoca lo negro que tengo.

Quizás yo vuelva a los bares, quizás te llore y quizás regrese al muelle a esperarte, quizás yo quiera ser la otra loca de San blás.

Pero tú no, tu solo seguirás siendo el primer hombre en la lista de mis amores bonitos.

Te dejaré un adiós que no leas, que no escuches, te dejaré un aroma que no huelas.

Mientras tanto tú seguirás siendo de forma inmediata mi nudo triste en la garganta, que no se disuelve, que no se solapa.

Seguirás en el recuerdo de cada cosa que creí perdida, hasta que la encuentro, seguirás eterno en la frase “Nunca pierdes las cosas”

Seguirás siendo el abrazo que me dabas por las mañanas, seguirás siendo las “buenas noches amor”

Tú seguirás siendo luz como lo son las estrellas, que no se alcanzan que no se tienen, pero allí están.

Yo seguiré leyendo, yo seguiré escribiendo, la distancia no funciona para marcar olvido.

Te harás letras, te harás prosas, te harás versos, serás la historia que pernocta en mis sueños.
Seguirás siendo en mi vida mi gran amor.

Seguirás siendo mi grandote, mi chiquito, el mago que convirtió al monstruo en conejo.

Seguirás siendo quien me hizo dócil, quien me hizo calma.

Me despido sin adiós en un océano como siempre infinito, sin saber a dónde vas, sin saber como llegaste.

Me despido sabiendo solamente algo hermoso, que aunque me entristece me alivia.

Ya no hay rencor, solo te digo…
Que tú seguirás siendo.

Maricarmen Paez.

lunes, 13 de mayo de 2019

La hora del error indescifrado

El vacío que deja una marcha constante hacia terrenos desconocidos. 

Fue el 7 de abril del año que no me importa, cuando de nuevo tuve el mismo accidente de hace un tiempo, de nuevo se me fue la mano con el alcohol, de nuevo me puse a conducir en ese estado y la desinhibición que las elegantes copas de champaña me otorgaron trajeron como resultado...

Mi rostro desfigurado. 

No soy ni la sombra de la hermosa mujer que un día fui, pues claro, vengo de la repugnancia de aceptar ser humillada. 

Ese mismo 7 de abril abrí la puerta de la oficina y lo que mis ojos vislumbran bastó para dejarme inconforme con mi existencia por quizás un par de año. 

Seguimos en los mismos deseos pueriles, repetidos, saciar el sexo, distintas mujeres, crear desconfianza. Me faltaba mucho amor propio ese día.  Me faltaba un poquito de vida. 

Di media vuelta y con más tristeza que rabia me subí al carro en busca del primer bar que me empujara al abismo de la inanidad. Los bares llenos de personas,  con más odio que bríos no pude enfrentar el hecho de tener  compañia.

Recuerdo que en casa aun quedaba la botella de champaña de nuestro aniversario, la que nunca destapamos,  lo que nunca celebramos. Tu exceso de excusas y mi falta de apoyo. 

Me bebí esa botella sin más, el nudo en mi garganta no disminuía, y lo juro por dios si es que existe que solo quería desaparecerme. Increíble como una misma persona te eleva del  cielo a la tierra, o mejor dicho; directo al infierno. 

En mi estado de ebriedad habría anhelado un coma etílico, me habría simplificado la desgracia de seguir recordando.  ¡Malditos días!  
El impacto en mi cabeza prácticamente no dolió, saboreaba mi propia sangre y sentía como mi rostro se desprendía.  Como colgaban pedazos de aquello que tantos elogios recibió.  Me empezaba a ver como me sentía,  sin rostro, desfigurada y vacía. 
Al cerrar mis ojos el tiempo paso sin darme cuenta, habían sido 7 días sumida en la nada, con un tubo en mi garganta, sin nada a que amar. 

Nada más triste que la mujer que no ama.

Nada más horrorifico que verte como te sientes. Desfigurada. 

Maricarmen Paez