viernes, 29 de marzo de 2019

No pensaba que se iba a quemar


Jugábamos, como dos niños, reíamos, era un día caluroso, un día calmado como muchos otros, la brisa nos arropaba, era aire caliente, un ambiente cálido, sin mucho a su alrededor, sin algo en especial que llamase la atención.
Jugábamos, a las escondidas, al ladrón y al policía, al día de campamento…
-No pensaba que se iba a quemar-
De pronto llegó una brisa que arrasó con todo a su alrededor, mi hermano pequeño se encontraba siempre a mi lado, siempre imitando lo que yo hacía, la brisa y el fuego de aquél día de campamento abrazaron su pequeño cuerpecito en una llamarada convertida en un diminuto humano, que no comprendía lo que sucedía, al igual que yo.
Fue llevado a la ciudad y 20 días luego aún no he sabido de él, no pensé que sería tan grave.
Me enteré que era un gran quemado, que mis heridas realmente no dolían, por la profundidad o algo así, que no lloraba, que no reía, que no hablaba, que ni siquiera respiraba por sí solo, cada vez que recordaba lo sucedido era como si me arrancaran un pedazo de alma si es que existe, cada vez que quitaban los vendajes era sentir la fetidez de la carne podrida y quemada, sabía que no saldría de esta…

Cuando algo tan grave sucede las reacciones no son las esperadas, cuando tienes intacta la piel y el daño es tan magno el evento no duele, solo te apaga, solo te daña para siempre, ya nunca llegarás a ser el mismo si es que logras salir de esta, ya la vida te cambia, ya te toca empezar a ver otro camino por el cual andar, ya no serás ni la sombra de lo que fuiste.
La palabra crítico nunca había tenido tantos significados en mi vida, nunca en tantos años había retumbado en mi cabeza un misma frase que no haya sido dicha por mí, nunca había sentido tanto vacío y tan poco dolor, cuando las llamas arroparon mi cuerpo algo en vez de prenderse dentro de mi… Se apagó.
Vislumbro la niebla, la nada, no escucho siquiera sino máquinas, solo sistemas que de forma automática me hacen amanecer cada día. No pienso regresar al lugar de los hechos, no quiero ni recordar que en ese lugar fui tan feliz, que en ese lugar quise tanto, que en ese lugar confié ciegamente y amé, viví, reí, lloré, en ese lugar nací y morí.
El gran quemado comienza a fallar de forma multisistémica con el paso de los días, si no hay ganas de las células por luchar, el organismo y el alma, si es que existe, han decidido dar de baja al paciente, que todo fallé, que no responda, que no tolere la comida, que haga falla ventricular, que la pseudomona se apodere, que la sepsis sea refractaria a todo, que no haya catecolaminas que valgan, que desde aquél 16 de marzo el gran quemado murió.
No fue la intención directa de su hermano un desenlace fatal, sin embargo desde el punto de vista legal fue declarado culpable. ¿Cómo se vive con esa culpa? ¿Quién merecía una muerte tan horrenda? ¿Por qué no se tomó precaución? ¿Por qué tan seguro de todo?, la eternidad no existe, solo noches frías y largas, solo pensamientos que se llenan con sobrecarga de trabajo.
¿Tiene algo que agregar?
-No pensaba que se iba a quemar-
Maricarmen Paez A.

Cuando un poeta muere


Era tan breve la brisa que calma, tan corta la musa que aviva.
Era tan tenue la luz de mi alma, era tan cierta tu simple mentira.
Muere el poeta al ser engañado, muere la musa al ser destapada.
Cesa la rima del canto celeste, crece la ira en los inocentes.
Es sepultada la risa y el canto, es incesante la llama constante.
Intransigente el acuerdo entre dos, engaño que marca, engaño que mata.
Muere el poeta al ser engañado, muere el poeta quedando grisáceo.
Muere la prisa, mueren las letras, mueren los llantos.
Mueren promesas fundadas en lazos.
Maricarmen Paez A.