En silencio y soledad, con la ausencia del café, me suena todo a despedida sin pensar, me suena a que te vas, con un nudo en la garganta descubro que te fuiste hace ya mucho tiempo, y que ésta lluvia trata de empujar versos tristes a ésta pantalla en la que ya no discurre tu sonrisa asfixiante ni el aroma de tu cabellera...
La sonata natural fue una tormenta para mi, porque lamentablemente de ti recogí las sobras, de ti quedaron las migajas de aquél otoño, que en mi país no fue otoño ni fue verano, aún no comprendo ¿por qué me encuentro aquí escribiendo sobre la ausencia de tu presencia?, pues mi vista se nubla tanto y tu recuerdo se hace tan intangible que me da pereza, y solamente pienso en fumarme un cigarrillo mientras no es el grifo del baño lo que suena sino una desesperada llovizna que me suplica que te nombre, que te recuerde y que te acaricie...
Precisamente a ésta hora debo reconocer que por mucho que he tratado de lamentar tu partida, no he podido sino imaginarme que sigues presente pero inconstante, que sigues visible pero variable, que tu sonrisa ya no es calurosa y que tu cara es una más, que el olvido existe y más cuando a tu puerta llegan miles de flores en pleno verano, que el color de los claveles opaca el pensar en tu voz quisquillosa, sin paz, delirante, que el cantar de los pájaros acaba por completo con tu mirada de reproche ante las sociedad, que después de ti la vida seguía, y sigue, y ¿a que no sabes? la vida es maravillosa, que detrás de éstas letras solamente muerdo mis labios imaginando la llegada de un nuevo amor, que me llene de locuras y que a la vez se convierta en mi refugio, que aplauda mis bromas y que vele mi sueño.
Luego de éstos párrafos caigo en cuenta que no he perdido mi tiempo, y que ya no extraño una presencia, que ya no extraño nada sino lo que era cuando contaba contigo, pero después de éste diluvio ha venido la luz, ¿cómo te explico que estoy a punto de enamorarme? que ha llegado otra persona con quien la vida se lleva muy bien y que en vez de nubes grises aporta paisajes, creo que todo ésto lo he escrito para contarte que me voy de tu vida, no sin antes llevarme tu recuerdo como algo que tuvo su momento y quizás no vaya a repetir jamás, aquí dejo éstas flores en tu tumba mientras confieso que en 10 años nunca miré a los lados hasta hace una semana...
Maricarmen Páez A.
Continua asi
ResponderEliminarMuchas gracias por leerme.
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