viernes, 29 de marzo de 2019

Cuando un poeta muere


Era tan breve la brisa que calma, tan corta la musa que aviva.
Era tan tenue la luz de mi alma, era tan cierta tu simple mentira.
Muere el poeta al ser engañado, muere la musa al ser destapada.
Cesa la rima del canto celeste, crece la ira en los inocentes.
Es sepultada la risa y el canto, es incesante la llama constante.
Intransigente el acuerdo entre dos, engaño que marca, engaño que mata.
Muere el poeta al ser engañado, muere el poeta quedando grisáceo.
Muere la prisa, mueren las letras, mueren los llantos.
Mueren promesas fundadas en lazos.
Maricarmen Paez A.

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