Un roce tan suave que no merecía ser llamado ráfaga, eso era en la realidad, pero en mi piel era un corpúsculo sensible el que me daba señal que ésto era como un ciclón, un susurro, una voz suave, una palabra de pocas sílabas, pero al internalizar era la melodía perfecta.
Me preocupa al principio el misterio de no dominar mis propias fuerzas, pero luego termino por aclararme un poco, por sucumbir la niebla y me doy cuenta que tengo ante mi el paisaje más maravilloso jamás imaginado, un paisaje infinito, con el perfecto acabado que solamente la naturaleza otorga, sin ningún otro ruido que mi conciencia retumbando en mis oídos, diciendo que ha llegado la hora de cambiar, de no tener miedo.
De pronto escucho caer una moneda y repentinamente despierto, todo lo relatado se ha ido, me encuentro acá, entre las mismas rejas de hace 20 años, con mis compañeras de celda, con mi comida nefasta, sin más argumento que potencie mis ganas de vivir que el de la vida misma y su complejidad, de nuevo me pregunto ¿De qué vale una vida sin libertad? por más que he analizado, y si alguien sabe de privación soy yo, que viví lo soñado por cualquier mujer, que tuve en mis manos tanta belleza, tanto poder, todo lo que añoré, lo que solamente tuve osadía de pensar lo tuve...
!Pero una vida sin libertad no es ésto! yo no hablo de éstas cuatro rejas, hablo de mi propia voz, de mi propio encierro, de mis ganas de salir corriendo no se a dónde, ésta celda es lo menos que me atormenta, ésta celda es todo y a la vez es nada, para mi es un resultado, es mi resultado, para mis víctimas es un beneficio, es un alivio, pero resulta que ésta celda no es nada.
Privación de libertad es mi voz que por mucho que grita no se puede escuchar, no se sabe expresar, privación es querer confesar algo a una persona que ya no está, que con mis propias manos fui capaz de matar, sin decirle la verdad, sin decirle lo que me aquejaba, lo que sucedía, ahora me doy cuenta que esa es mi propia cárcel, mis propios demonios, están aquí y me aconsejan, sin embargo no puedo hablar, presa de mi propia voz.
Mientras el ciclo de mi existencia se resume a ésto, a soñar y a caer en realidad no dudo en de nuevo aspirar de éste polvo que me lleva a volar, a sentir un poco de aire, de ráfagas de viejo, a sentirme como un cometa, y volar, desaparecer de aquí y verte, sentir que tu susurro no es fruto de mi imaginación, y a la vez explicarte que nunca fue mi intención acabar con tu vida, que sencillamente se me pasó la mano por quererte de más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario